miércoles, 9 de octubre de 2013

Mi mala suerte


Mi mala suerte comienza.

Al salir de currar me dirigía felizmente a la playa para acabar el día surfeando pero algo no iba bien.
El coche no me arranca, así que decido hacer dedo con la única idea de llegar lo más rápido posible a la playa. Paró un camionero chino con mala pinta. 
Me contó que se dedicaba al tráfico de personas, en su mayoría rumanos, y que en ese momento tenía el camión petao de ellos. Me ofreció ir a pachas si le enseñaba a surfear, pero el caso es que no me moló mucho la movida, yo quería un 70% de beneficio. Así que cuando se distrajo un segundo, le pegué una patada a lo Matrix en la boca y cuando empezó a brotar sangre, me tiré por la ventanilla.


Me reincorporo un poco magullado del arcén y vuelvo a probar suerte. Era el turno de una viejecita agradable que me ofrecía caramelos de frutos del bosque. De todos es sabido que hay que desconfiar de las viejas que te regalan caramelos, así que decidí robarle el coche. Era un BMW nuevecito y el indicador de gasolina marcaba 0. 
Paro en la siguiente gasolinera a repostar. No tengo pasta y salgo cagando leches sin pagar. A los 2 km, veo una luces de policía en el retrovisor -putos picoletos!-
Me empiezan a perseguir, pero la verdad que me da la risa, un par de granadas de mano y solucionado.


Al aproximarme a Salinas hay mucho barullo. 2 tipos habían robado un banco y estaban escapando a pie. Mira que no hay coches pa escapar que tienen que meterse en el mío. -Arranca tío, no me jodas- me gritan.
Tiro palante y les cuento lo que me había sucedido en el día. Les veo interesados en lo del tráfico de rumanos, así que los pongo en contacto con el caminero chinarro de mala pinta. En agradecimiento por el contacto, me dan 1.000.000€ que acaban de robar.

Llego a Salinas y está plato. -Es culpa vuestra, cabrones-, les digo a los asaltantes chungos de bancos. Se me ponen tontos y tengo que pegarles 4 tortazos. Después de la paliza, quemo el coche y robo otro coche para ir al aeropuerto.


Ahora mismo estoy en Hawaii viviendo a cuerpo de rey.

Mi mala suerte acaba.

1 comentario:

  1. Jajjajajajaja bravo!! Yo quiero un día de mala suerte como el tuyo

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